Al entrar en esta casa y apartar las hojas de tabaco que cuelgan del techo descubrimos una bonita estructura de madera, que va de muro a muro que soporta el tejado de pizarra típico de este tipo de arquitectura vernacular, que junto a los gruesos muros de piedra hacen de esta casa solariega un contenedor diáfano de lo más singular y atractivo para hacer el proyecto que nos han encomendado: una casa unifamiliar con 4 habitaciones en dos plantas de 150m2 cada una. Nos sobra espacio.
Hemos ordenado el programa en 3 cubos blancos que se articulan a lo largo del contenedor y dejan ver en todo momento la espectacular cubierta y el muro de piedra perimetral que nos rodea.